Cuando no hay que depender de un sólo dibujo táctico...

Tercer partido de cuartos de final. Alemania - Argentina en Ciudad del Cabo. Maradona lanzaba por quinta vez consecutiva su 4-3-3, siempre con su tridente ofensivo conducido por su gran estrella, Lionel Messi, acompañado casi siempre por Tevéz e Higuaín. En sus cuatro partidos del Mundial le dieron resultado, pero ninguna selección con la que jugó en su grupo y en octavos tenía el peso ni la historia de la escuadra que tuvo hoy al frente, la escuadra germana. El partido de cuartos de final era la prueba de fuego para el equipo albiceleste, pero no la pudo aprobar. No es lo mismo enfrentarse a un equipo campeón mundial y a un equipo que no tiene casi historia en copas del mundo. A pesar de las advertencias de sus asistentes, el "Diego" ínsistió con su 4-3-3 casi ignorando el potencial con el que tenía en frente. No siempre se puede jugar con una misma estrategia contra todos los equipos, pero sobre todo, cuando tienes en frente a la tricampeona mundial y te juegas el pase a las semifinales. Un 4-4-2, como se especulaba, hubiera sido más idóneo en este partido, con la finalidad de neutralizar el mediocampo teutón que tuvo una tarde inmejorable, con Schweinsteiger como figura del partido según la FIFA. El juego táctico empleado por Maradona permitió que él y la volante germana dominara el mediocampo - fue por ahí que Argentina perdió el partido. No tenía prácticamente volantes de marca que contuvieran los ataques del conjunto europeo. En los últimos 15 minutos con el ingreso del "Kun", un atacante más se sumó al ya desordenado tridente ofensivo que tenía en la cancha. Estaba en la necesidad de hacerlo, de arriesgar, estaba abajo en el marcador 0-3. Pero ello significaba que habrían espacios abiertos por donde penetrar los alemanes, quienes liquidaron el partido con el 4to gol anotado por su goleador Klose. Esto marcó la clasificación a semis de los europeos y la eliminación argentina del Mundial. Será para la próxima, pero, Maradona deberá analizar mejor a sus rivales y no confiarse en una misma táctica puesto que cada equipo es diferente. Esta vez, como en casi todo el Mundial hasta ahora, el trabajo en equipo ha vencido a las individualidades, algo que el ídolo argentino deberá prestar más atención.